Forma de estar en el mundo del asturiano (parte 2).

El bable y la sidra son indisociables, es la embriaguez y la euforia la que hacen que la forma expresiva del bable esté desvinculada de su simbología como estatus social. Hablar en bable es renunciar a toda oportunidad de convertir la expresión en símbolo de pertenencia a clase social alta. Es una lengua igualitaria, y en este sentido es antagónica al resto de lenguas de expresión y forma lingüistica pedantes; hay por ejemplo un antagonismo claro con el castellano pedante, tanto que el bable suele considerarse una malformación vulgar engendrada en el mundo rural. Este prejuicio le costó casi el destierro en las zonas urbanas arribistas. Los neourbanitas criados en el mundo rural pero migrados a la ciudad renegaron del bable por este complejo de inferioridad clasista. El bable une e iguala al ras por abajo, y mezclado con sidra demuele los cimientos del clasismo y del amaneramiento urbanita. Es con la sidra la base de la forma de estar en el mundo del asturiano, una forma sencilla, natural, anticlasista, humana y cercana. Frente a la sofisticación y pedantería del inglés que llegan a enajenar al hablante afectando a todo su ser, el bable es desalienador, es el reencuentro verdadero con uno mismo y con los demás.

Forma de estar en el mundo del asturiano (parte 1)

Hay un mínimo umbral de generalización y simplificación que para hablar de algo se debe asumir, si no es imposible abarcar temas complejos. Rebatir las tesis que de esta forma de afrontar los problemas se infieren es muy fácil si no se tiene en cuenta este mínimo unbral de simplificación. Cuando uno habla de los asturianos el nivel de generalización tiene que elevarse mucho, y por tanto tambien hay que asumir una sobrexposición a la crítica radical total. Una vez asumido y alertado sobre todo ello se puede empezar a hablar de los asturianos. La forma de estar en el mundo es distinta a otros pueblos, sea por la climatología, la orografía, la sidra, el ganado, el mar, la mina...Pero los rasgos de conducta que derivan del bable y la sidra son los más emocionantes. La sidra tiene un efecto distinto al resto de las bebidas, da euforia sociable, además de la embriaguez, es adictiva, y solo se puede tomar por botellas, lo que para algunos significa necesitar acompañante para tomarla. Un adulto bebedor puede tomar tres o cuatro botellas al día y estar plenamente capacitado para las labores ordinarias. Una bebedora ocasional puede sentirse ebria con media botella. Pero principios de euforia se experimentan a partir del primer culete. La sustancia psicoactiva responsable tendrá un nombre, pero no tiene importancia, saber el nombre de algo no significa comprenderlo. Una vez alcanzado este estado de conciencia se puede empezar a hablar en asturiano: es ese momento, esa triada embriaguez-euforia-asturiano de la que se deriva toda una cosmovisión, una psicología social que definen al asturiano (parte 1).

Ascetismo nemotécnico

El Poder que el ascetismo ofrece como señuelo para captar adeptos es adoración de la muerte, tanatismo y antiespiritualismo. Muchos hombres de éxito con jornadas de estudio o trabajo infernales, hombres que reniegan del ocio y la familia, cuyo mantra es "yo voy a conseguir Poder", forman parte de esta horda de adoradores de Tánatos. ¿Por qué este ascetismo es socialmente aceptado, y el poder que confiere mayoritariamente ansiado? En primer lugar porque es socialmente útil. Si un gran cirujano que ha practicado el ascetismo, el aislacionismo y el puritanismo salvaje durante toda su vida para superar las más inhumanas pruebas de aptitud y selección, puede salvar tu vida, quién quiere renunciar a ello? Está claro que es muy útil que ciertas personas sean ascetas y renuncien al ocio, a su familia y a su vida para lograr la excelencia profesional. De ello depende la vida de una inmensa mayoría de hombres que en muchos casos han preferido la vida ociosa, y han pagado por ello: no tienen Poder. Hay que aceptar que el ansia de Poder es cautivador y el camino del ascetismo para alcanzarlo es útil por las consecuencias sociales que de la virtud profesional se derivan. El problema son los límites del Poder, cuánto le corresponde al hombre, y cuáles son los peligros para los hombres que quieren pasar por encima de Dios. Los métodos de improvisación musical establecen el aprendizaje en una serie de etapas o fases progresivas. La fases iniciales comprenden arduos ejercicios de memorización y práctica mecánica. Sucesivamente se van complicando hasta agotar los ánimos de quienes no tengan algún mantra poderoso con el que sugestionarse. La última fase, el culmen del aprendizaje que establecen muchos de estos métodos es: "ólvidate de todo lo que has aprendido". Los grandes profesionales son aquellos que se sugestionan con el Poder y repiten mantras de éxito durante la dura etapa de aprendizaje, pero una vez logran alcanzar cierta estabilidad material, se liberan de la vanidad y del ansia de poder e inmortalidad y comienzan a repetir un nueva frase instrumental: "no somos nada". ¿Es necesario esperar a jubilarse para comprenderlo?

Identitario.

La enajenación identitaria es eso que nos separa de nuestra verdadera conciencia de ser, esa milagrosa y eterna conciencia de uno mismo que nos es otorgada al nacer, que ni es creada ni puede ser destruida, y que el cientifismo atribuje a complejísimos procesos neuronales.Gracias a ella los humanos somos los únicos seres de la Tierra capaces de percibirnos y reflexionar sobre nosotros mismos. Pero en este planeta perdido en la inmensidad cósmica hay naciones. La identidad de uno mismo queda entonces alienada por el reconocimiento de pertenencia a una nación.También a un gremio profesional, pero es otro asunto. Cuando un ser deja de ser uno mismo para ser una parte de una nación se dice que está alienado por identitarismo nacionalista. Todo su ser ser queda poseido por la conciencia de pertenencia a esa nación. Los seres alienados se identifican entonces como un nosotros frente a los otros y desarrollan símbolos, conductas y formas de estar en el mundo diferentes a los otros. Incluso cortes de pelo. Se autoproclaman distintos, su voluntad es diferenciarse y separarse de los otros, y nadie se hace distinto por generosidad, por no perjudicar con su inferioridad a un grupo superior: la identidad colectiva lleva implicito el sentimiento de superioridad. Sin esta superioridad la identidad nacional se diluye en la conciencia individual hasta la intrascendencia (el complejo de inferioridad de los españoles es paradigmático de todo ello). En cambio los supremacistas nacionalistas hacen gala y exhiben su superioridad cívica e intelectual. La lengua es fudamental para ello, es la materia y la forma de la identidad nacional, es su alma. La lengua inglesa con el acento y la pronunciación ultrapedante que nos enseñan, transforma al ser, lo hace sofisticado, urbanita, moderno. El bable natural no académico, en contraposición, nos devuelve a la insignificancia, al primitivismo rural, es belleza pura, su función desalienante y despojadora de amaneramientos es nuestro más valioso patrimonio, es la joya de esa identidad asturiana que no presume de nada salvo de esa humanidad y humildad aldeanas tan ajena a las academias de las lenguas.

Autofelicidad.

La autofelicidad es un arte de ser feliz uno mismo independientemente de los demás. La autofelicidad nos dice que es posible alcanzar la felicidad incluso rodeado de desdicha y calamidades siempre y cuando seamos capaces de desarrollar la virtud de aislarnos de la desgracia ajena. Este arte desarrolla la motivación personal partiendo de una premisa básica: "si no eres feliz, no podrás hacer feliz a los demás; llenate de felicidad y luego repártela; cuando seas feliz, tu espíritu irradiará la luz que sanará a los deprimidos". Alcanzar el grado máximo de imperturbabilidad nos permite aislarnos de la desgracia ajena y alcanzar el culmen de la felicidad. Recuerda: solo entonces podrás hacer partícipe a los demás de tu energía feliz. El problema está en la fase "repartir felicidad". Manteniéndose dentro del estado de imperturbabilidad y éxtasis de felicidad, que es la condición para poseer y poder repartir felicidad, debes abrirte a la desgracia ajena y compartir tu energia feliz. En este momento debes tener claro los siguiente: en tu vida te encontrarás con mucha gente que no quiere ser feliz, olvídate de ellos!, déjalos que sigan siendo personas grises y que no desarrollen su energía interior: allá cada cual. La sabiduria nos dice que distinguir a deprimidos crónicos de receptores empáticos es imprescindible para no malgastar tu energia feliz que, recuerda!, tanto te ha costado aprovisionar. Recuerda otra vez!: estás leyendo un libro de autoayuda para ser un completo subnormal en la vida.

Generación estafada.

Todo tiene un efecto, y los que provoca el ansia de inmortalidad y la demonización de la enfermedad, de la que ningún enfermo es autoculpable, son: deportes extremos, justicia vengativa a los viciosos, cosificación del cuerpo, hiperconectividad, castigo a los pecadores, etc, y con el transcurrir del tiempo los secundarios, una vez la realidad se desploma sobre nuestra cabeza son: ira, frustación, venganza y asimilación de la estafa. Es decir en la práctica sucede así: desde la ideología dominante ahora mismo, que enraiza en el puritanismo protestamte, el yahvé irascible omnipresente de los libros del antiguo testamento, etc..se considera a la Salud como fuente de felicidad y de éxito. El vicio, abanderado por el tabaco, como causa del fracaso, la marginalidad, y finalmente la muerte y desaparición. La estafa es la siguiente: si la enfermedad es un castigo que Dios impone al vicioso, aquél que no tenga vicios no será castigado con la enfermedad. Los estafados nos toparemos con la enfermedad y sentiremos que la guadaña de la muerte oscila violentamente a pocos centímetros de nuestra yugular, y como en el anuncio, nos preguntaremos, ¿por qué a mí, que no fumo ni bebo, salgo a caminar y no como carne? ¿Y por qué no a ese otro que sí lo hace, acaso no se lo merece más que yo? Todavía incrédulos y desorientados, sentimos ira por un castigo no merecido y por tantas renuncias y esfuerzos en balde, sentimos que es injusto, otros se merecían más esta enfermedad que nosotros y viven sanos. ¿Qué clase de Dios es este que no castiga al vicioso y premia al virtuoso? Yo que he procurado mi salud y siendo virtuoso no me merezco este castigo, me vengaré, desearé la muerte a todos los viciosos, por fin se hará justicia. La estafa: Dios creó al hombre libre, y salvo por autosugestión del creyente, no puede por nuestra condición de libres determinar nuestros destinos. Al descubrirlo uno puede sentirse estafado. Lo desesperanzador de todo este asunto es que no lo descubrimos por el sinsentido aparente de ver como los más inocentes y débiles son castigados con terribles enfermedades y hambrunas, sino cuando deseamos el castigo al vicioso y Dios no lo provee. Ser consciente de todo esto nos impulsa a aliviar el peso de la carga de la existencia consciente y buscar para ello estados de conciencia aligerada, el vicio por el que deberíamos ser castigados.

Juego de improvisación.

La improvisación es libertad, pero cuánto realmente no hay de repetición en la improvisación músical. La improvisación cromática alejada de los concomitantes más próximos a la línea armónica sería el ideal de libertad en la improvisación. Sería además un producto inconsciente, onírico, una obra plena del hemisferio derecho del cerebro. Una sucesión de evocaciones a paisajes, onomatopeyas, cantos de aves, algo que no podría ser analizado mediante intervalos diatónicos o tensiones primarias de la sucesión de armónicos naturales. El ideal de la improvisación es ser melódico de la forma más libre y expresiva posible, ensanchar los límites de lo gratificante para el oido fuera de los lindes de los sistemas y formalismos, pero sin amaneramientos escénicos que abocan a las abstracciones intelectuales intencionadamente excéntricas, al ruido sonoro exhibicionista, al yokonismo. El problema es que para huir de algo primero hay que haber estado atrapado por ello, para huir del sistema hay que dominar sus normas y asimilarlas de tal forma que aquello que al principio requería un esfuerzo de atención consciente, una vez dominado pasa a ser una actividad inconsciente que no requiere del mínimo esfuerzo de concentración, tal cual el proceso de aprendizaje de mantener el equilibrio en una bicicleta. La improvisación es el estado de dominio absoluto de las normas del sistema por el inconsciente, de tal modo que toda la atención consciente pueda dedicarse a la forma expresiva. El aprendizaje tiene que regirse por el principio del mínimo esfuerzo consciente, es dejar que el trabajo de bestias lo haga el inconsciente, y el trabajo de creación, el que nos acerca a dios y a la verdad, nuestro yo consciente.

2 Saberes

El científico tiende a rebajarse por su desconocimiento de las letras y el intelecutal de letras tiende a sobrevalorarse por su desconocimiento de la ciencia, salvo usted mismo o ese amigo o familiar suyo que efectivamente no es así y nadie lo va a discutir, pero en general así es. Un físico que no haya leido a Poe o a Kafka que tan de moda están, o desconozca determinados hitos históricos de la guerra civil española, o dude del autor de no sé cuál cuadro de hace tres siglos, es un especialista ignorante, sin sensibilidad y que no tendría inconveniente en diseñar terribles bombas atómicas. Pero el especialista en la época azul de Picasso que no ha oido hablar de los principios de la termodinámica es estimado como una persona profundamente culta, demasiado profunda. Hay también devoradores de libros que de Unanumo solo conocen Niebla y La tía Tula, pero inexplicablemente no han oido hablar Del sentimiento trágico de la vida, o sencillamente les parece un bodrio para maniaco-depresivos. Muchos lectores de novela ligera no saben explicar a sus hijos o alumnos por qué el cielo es azul, o por qué hoy se hará de noche sin recurrir a explicaciones mágicas, esotéricas o silogismos simples del tipo "bien, el cielo es azul porque en fin, la luz del sol que incide sobre la atmósfera hace que nuestros ojos perciban de color azul al cielo", o lo que es lo mismo, el cielo es azul porque es azul. Pero está claro que la arrogancia está más instalada en las personas de letras que en las de ciencia, fundamentalmente porque las primeras de tanto adorar las obras de los hombres han terminado por adorar al hombre y han perdido la capacidad de asombro ante las obras de Dios, que es el estímulo principal en la actividad del científico.

Dos clases de personas.

Existen dos clases de personas, aquellos que piensan que las personas pueden clasificarse en dos clases, y aquellos que piensan que este intento discriminatorio es una estúpidez. Estos últimos se subdividen a su vez en dos subclases: aquellos que piensan que por pensar esto son más inteligentes que el resto -y entonces deben englobarse dentro de la primera clase aun en contra de su voluntad y aun siendo ellos no conscientes de ello-; y una seguna subclase que piensa que todos incluido él mismo formulan preguntas estúpidas que no deberían ser siquiera planteadas. Son preguntas de esta clase el origen del tiempo y el universo, la naturaleza de la conciencia humana, y en general todas las derivadas de las dicotomías antagónicas del tipo materia/tiempo, hombre/mundo, existencia/muerte, y todos los yins y yangs que no podemos dejar de pensar. Estamos condenados al dualismo, es imposible huir. No podemos pensar que solo Dios está libre, ni que sólo existe un hombre capaz de hacerlo, ni que todo es uno y uno todo y no hay más que lo que mi conciencia piensa que existe, todos los caminos del monismo conducen al dualismo.

La asociación reivindicamos una piscina climatizada en Ribadesella.

 La asociación volvemos a reivindicar una piscina municipal en la cual puedan estar nadando los riosellanos, por las siguientes razones en o...