Generación estafada.

Todo tiene un efecto, y los que provoca el ansia de inmortalidad y la demonización de la enfermedad, de la que ningún enfermo es autoculpable, son: deportes extremos, justicia vengativa a los viciosos, cosificación del cuerpo, hiperconectividad, castigo a los pecadores, etc, y con el transcurrir del tiempo los secundarios, una vez la realidad se desploma sobre nuestra cabeza son: ira, frustación, venganza y asimilación de la estafa. Es decir en la práctica sucede así: desde la ideología dominante ahora mismo, que enraiza en el puritanismo protestamte, el yahvé irascible omnipresente de los libros del antiguo testamento, etc..se considera a la Salud como fuente de felicidad y de éxito. El vicio, abanderado por el tabaco, como causa del fracaso, la marginalidad, y finalmente la muerte y desaparición. La estafa es la siguiente: si la enfermedad es un castigo que Dios impone al vicioso, aquél que no tenga vicios no será castigado con la enfermedad. Los estafados nos toparemos con la enfermedad y sentiremos que la guadaña de la muerte oscila violentamente a pocos centímetros de nuestra yugular, y como en el anuncio, nos preguntaremos, ¿por qué a mí, que no fumo ni bebo, salgo a caminar y no como carne? ¿Y por qué no a ese otro que sí lo hace, acaso no se lo merece más que yo? Todavía incrédulos y desorientados, sentimos ira por un castigo no merecido y por tantas renuncias y esfuerzos en balde, sentimos que es injusto, otros se merecían más esta enfermedad que nosotros y viven sanos. ¿Qué clase de Dios es este que no castiga al vicioso y premia al virtuoso? Yo que he procurado mi salud y siendo virtuoso no me merezco este castigo, me vengaré, desearé la muerte a todos los viciosos, por fin se hará justicia. La estafa: Dios creó al hombre libre, y salvo por autosugestión del creyente, no puede por nuestra condición de libres determinar nuestros destinos. Al descubrirlo uno puede sentirse estafado. Lo desesperanzador de todo este asunto es que no lo descubrimos por el sinsentido aparente de ver como los más inocentes y débiles son castigados con terribles enfermedades y hambrunas, sino cuando deseamos el castigo al vicioso y Dios no lo provee. Ser consciente de todo esto nos impulsa a aliviar el peso de la carga de la existencia consciente y buscar para ello estados de conciencia aligerada, el vicio por el que deberíamos ser castigados.

La asociación reivindicamos una piscina climatizada en Ribadesella.

 La asociación volvemos a reivindicar una piscina municipal en la cual puedan estar nadando los riosellanos, por las siguientes razones en o...