Sociedad del miedo, eurocentrismo.

Casi todo el mundo desea sobrevivir noventa. noventa y cinco años. El mayor enemigo de una larga vida es la enfermedad, sobrevenida por causas ajenas a uno mismo o bien por malos hábitos y por tanto responsabilidad y culpabilidad propia (de acuerdo a la ideología dominante actual). En estos momentos existe una potente industria alimentaria y farmacéutica desarrollada en base al miedo a la enfermedad, venden salud. El enfermo es culpable y por tanto un marginado social. La persona con sobrepeso ya lo es. El alto ejecutivo se esfuerza en mantener su apariencia saludable. Tener una vida larga, sana, y mantener un estatus social alto: son los deseos insaciables del yo actual. Miedo a morir, a enfermar y a perder el estatus son lo miedos asociados a estos deseos del yo. Inevitablemente se produce la lucha entre individuos que desean satisfacer sus deseos y liberarse de sus temores. Todos deseamos ser los primeros en vacunarnos con la mejor vacuna que no nos haga enfermar, que nos permita seguir sobreviviendo manteniendo nuestro estatus. Todos lucharemos en primer lugar por nosotros mismos, después por aquellos que son una parte de nosotros y por tanto instintivamente queremos como a nosotros mismos, la familia; y por último por aquellos con los que compartamos algún vinculo identitario tribal, los compatriotas. Alterar este orden de satisfacción será motivo de lucha: miedo-odio-deseo de venganza-guerra: muerte del más débil. En las circunstancias sociales actuales solo sobreviven los más fuertes, y en esas circunstancias una larga vida no es una bendición divina por haber sido muy bueno ni un premio por la renuncia al placer: es querer y poder ser el más fuerte (instinto de supervivencia, miedo a la muerte) en continua competición y lucha contra los otros (odio, venganza, muerte). La única esperanza es desear el bien de los demás tanto como el de uno mismo.