Alienación de la identidad por el lenguaje.

Es la peculiar fonética, las curvas alteradas de entonación, la vibración de las cuerdas vocales, y también la inclinación del cuello, y la solemnidad, lo que constituye el clasismo lingüistico y la soberbia de las formas de hablar. En Asturias no se quiere hablar bien (emic), intencionalmente aunque también por rubor y por humildad, y por paisanaje, por estrechar lazos e igualar al ras. El complejo de inferioridad rural deriva de por ejemplo del folclorismo franquista, de la industrialización, y del cine americano...y también del aburguesamiento exprés: de lo primero que hicieron los nuevos burgueses asentados en la capital fue aprender a hablar el castellano, renegar de su vergonzoso antepasado rural, que nadie descubriera por la forma de hablar nuestro sucio pasado agroganadero (otra vez emic). El modelo ejemplar lo representaban los visitantes castellanos, los de Valladolid, los de Madrid...practicamos en la intimidad y empezamos a ganar seguridad en el Corte Inglés y en las cafeterías del centro de la capital. Es un caso de enajenación de identidad por el lenguaje de libro y paradigmático. Y qué ruin y vergonzoso resulta, de cómo pudimos perder nuestra dignidad y llegar a considerar que no sabíamos hablar bien: espeluznante. Y hay que decir que por el verano se sudaba complejo de inferioridad lingüistica y que los visitantes castellanos que practicaban el elitismo y el señoritismo nos avasallaron. Al bable académico, que tendrá todos los defectos del academicismo universitario y del idioma probeta, hay que apuntarle el mérito de ayudar a vencer miedos y superar complejos, de dignificar el mundo rural y encumbrar a la cultura asturiana como señal de identidad de una forma de estar en el mundo, de hablar mal adrede y vencer el miedo a hacerlo en público, liberados de burdos complejos de inferioridad rural, incluso delante de los bienhablantes castellanos.

El tabaco resurgirá de sus cenizas.

El rebaño huye desbocado al refugio de la vida eterna, y a pesar de que ya finita le resulta soporífera y un sinsentido ansía el hastío infinito: es el pánico a la muerte considerada como un regreso a la nada lo que les impulsa a huir hacia ninguna parte. Es un movimiento permanente que puesto que carece de sistema de referencia se transforma en eterno reposo, es la muerte en la vida. Pararse en mitad de la huida implica ser aplastado sin piedad por la rehala, desplomarse al suelo y tragar polvo...y al fin levantarse y sentir la libertad viendo desaparecerlos en el horizonte, tragados por la tierra. Hay dos millones y medio de estudios que avalan que fumar mata, y lo que es peor, que antes ennegrece los dientes. Muy pocos se plantean entonces moderar el consumo, a dos o tres cigarros al día, y surge entonces la pregunta de por qué el falso dilema entre abuso y abstinencia se ha convertido en un dogma santificado por las autoridades de nuestra salud (la máxima autoridad sobre mi cuerpo es...yo mismo aunque parezca increíble). El consumo moderado de tabaco no mata mucho más que el propio vivir, pero el fumar uno tras otro día tras día es la forma en la que muchos se han iniciado, y no pueden imaginar que otras formas existen fuera de su mundo de hábitos y prejuicios establecidos. El tabaco es un gran amigo del hombre y como tal exige honestidad y generosidad, y un pequeño sacrificio.

La asociación reivindicamos una piscina climatizada en Ribadesella.

 La asociación volvemos a reivindicar una piscina municipal en la cual puedan estar nadando los riosellanos, por las siguientes razones en o...