El abuso de la lectura como fuente de ignorancia.

Experiencias próximas a la muerte, la superación de una enfermedad terminal, la pérdida de un ser querido, la miseria, ver con tus propios ojos el sufrimiento.. hay muchas situaciones que afectan a la esencia misma del ser. Que el resultado de la lectura pueda tener un efecto similar resulta muy controvertido, por mucha sabiduria que pueda condensarse en las páginas de los libros. Leer no puede significar más que el primer encuentro con el saber, no es un fin en sí mismo, es condición necesaria pero absolutamente insuficiente. Leer requiere aislamiento del mundo sensible, y en este sentido es tiempo perdido en cuanto a experiencia vital, es una actividad excesivamente artificial. Nadie puede estar a gusto consigo mismo si su estado físico y su ansia de libertad y aventura degeneran de forma inversa al aumento de su archivo léxico y su nivel de cultura general, muchas veces de utilidad dudosa, como por ejemplo memorizar el nombre de los rios de europa o las capitales de los paises asiáticos, que es cultura, pero ¿en qué cosa transforma al ser? El reconocimiento social al hombre culto se ha convertido en una reverencia dogmática: quedan excluidas del prestigio social por ejemplo la agri-cultura, que es casi el sentido de la vida, o la educación física, que es el fundamento de un espíritu libre, y en general todas las artes y ciencias que tengan relación con los fluidos y excrementos corporales, y la muerte, el universo no conceptual. Se puede comparar por ejemplo el enorme prestigio que otorga saber de arte renacentista, de Le Corbusier, de Bach, de Kafka, y el nimio prestigio de quien sabe por qué el cielo es azul, qué es la fisión nuclear, por qué existe la fuerza de la gravedad, o por qué el tabaco no mata sino su abuso y los malos hábitos de vida derivados, o por qué el agua forma gotas de lluvia, por mucho que desde siempre hayan golpeado nuestra cabeza reclamando una explicación. (i.s.)

De profesión nihilista.

No es función de las universidades formar a personas ni educar en valores. Su cometido es evaluar conocimientos de forma objetiva y clasificar su productos en excelentes, mediocres, o ineptos, permitiendo al mercado laboral establecer su valor económico. Un titulado excelente se vende por más dinero que uno mediocre; un inepto no vale nada. Pero en el mundo real hay más cosas que tienden a cero, como por ejemplo los valores morales y la ética de algunos profesionales excelentes. No hay proporcionalidad entre la moralidad y la virtud y el esfuerzo académico, es decir que una persona sea capaz de la máxima abnegación y renuncia para lograr la excelencia académica no implica ninguna otra virtud moral; igual que su conocimiento, su virtud es limitada, intensiva, especializada y focalizada. Saber de Derecho no implica saber de Física y del mismo modo tener capacidad de sacrificio no implica generosidad ni ninguna otra virtud. Las universidades forman a profesionales con una desmedida capacidad de renuncia y sacrificio pero con una gran carencia de valores morales, ética y humanidad: estos profesionales están destinados a gestionar el poder y a decidir a qué tiene derecho un inepto, y de acuerdo con su escala de valores en cuya cúspide están la capacidad de renuncia y sacrificio, un inepto merece trabajar como una bestia durante el resto de su maldita vida. A ningún poderoso le importa lo más mínimo que la explotación laboral sea condición necesaria para maximizar el beneficio económico. La alienación profesional, las jornadas esclavistas de 60 horas semanales, el maltrato psicológico de jefes a subordinados, el miedo a ser humillado y despedido, ...todo es consecuencia de la justicia vengativa del bárbaro especialista universitario.

Opinión pura

La opinión pura, la indocumentada, la absolutamente subjetiva, la osada y hasta disparatada, la que transita por la charlatanería y la filosofía barata, la inútil salvo para matar el tiempo, es o propia del mundo rural, o sectaria, o enfermiza, o absurda... Pero no podemos prescindir de ella porque de vez en cuando, de entre cada millón de opiniones puras, surge la chispa que enciende el motor del cambio, la creación desde la nada. La opinión pura tendría que surgir del subjetivismo puro, por tanto sería atributo únicamente de los dioses. El hombre, que aspira a ser dios, encuentra en la opinión pura la satisfacción a este ansia de ser divino, es el egocentrismo de máximo grado, es el bastarse a uno mismo, pero no podemos prescindir de ella, es el oxígeno del superego. (i.s.)

Enajenado profesional

Esa inmensa minoria que sentimos que el trabajo no es el sentido de la vida, que no ambicionamos riqueza ni poder, que no estamos alienados por la identidad profesional, que amamos el ocio y el vino, y los horizontes, y los oceanos y el infinito, que nos conocemos a nosotros mismos, que estamos convencidos de que la muerte no es ninguna tragedia sino el sentido de la existencia, aquellos a los que cada jornada de trabajo nos resulta una carga insoportable, que consideramos que en cuatro o cinco horas de jornada al máximo nivel haríamos lo mismo que en ocho horas, los que después del trabajo no nos sentamos delalnte de la pantalla sino que atendemos a nustras familias, amigos, aficiones, curiosidades, meditaciones, contemplaciones...por qué es tan raro amar la vida? Por qué la gente es feliz enajenada y siendo "jefe de" o "experto en"? Por qué las personas se ponen el "uniforme militar" y se reconocen como súbdito o superior? La adicción al trabajo, la enajenación profesional, la fobia a la naturaleza, el sedentarismo, el ansia de inmortalidad...son las lacras, los pensamientos dominantes contra los que hay que combatir, cada día, de todas las formas posibles. (i.s.)

La asociación reivindicamos una piscina climatizada en Ribadesella.

 La asociación volvemos a reivindicar una piscina municipal en la cual puedan estar nadando los riosellanos, por las siguientes razones en o...